Os dejé con la película “Heavy Metal in Bagdad”. En realidad era un documental. Cuando terminó me sentí muy muy mal. Trata de una banda de Heavy Metal que intenta tocar en el Bagdad de hoy en día, de estos tiempos de guerra. Y dado que el heavy metal suena a “americano”, los 4 jóvenes que intentan formar un grupo para divertirse y divertir se juegan la vida intentando perseguir su pasión. Terminan exiliados en Síria, lejos de la guerra, pero lejos de su familia. Y dado que son exiliados no pueden trabajar legalmente. Por lo que en Bagdad se jugaban la vida, pero por lo menos tenían una. En Síria no eran nada, ni podían aspirar a ser un ser humano completo, sin amigos, sin trabajo, sin un lugar digno donde vivir. Salí del cine, como ya os he dicho, sintiéndome muy mal y pensando en qué puedo hacer uno para ayudar a esta gente y como evitar que cosas como estas no vuelvan a suceder nunca más. Del documental se desprende que a los americanos Irak se les ha ido de las manos y que, no es ni de lejos, una lucha entre suníes y chíitas, que es lo que de vez en cuando se escucha en las noticias. Y al final, al final de todo, lo que le importa al ser humano es su familia y sus amigos… igual que a Carrie, a Samantha y al niño del pueblito de al lado de Teheran… por mencionar mis últimos referentes cinematográficos.
Hoy por otro lado, leo en la prensa que el “conflicto de Irak” ha dejado de ser un tema estrella en los medios americanos. Y que esto puede favorecer a los republicanos en las próximas elecciones, junto con el hecho que como Irak ya no interesa, están a punto de anunciar una retirada escalonada de las tropas. No comment.
Me gustaría poder hacer un análisis más acertado de todo esto pero mi incultura me lo impide… me tendré que poner las pilas.
A todo esto, esta semana he estado malito con una gripe super gorda, con fiebre y todo… Debe ser por la fiesta que me pegué el fin de semana pasado! La verdad es que fue todo bastante surrealista. El viernes, después de ver el documental del que os hablaba y para quitarnos el mal sabor de boca, disfrutamos de la fiesta post documental. En ella un par de grupos formados por postadolescentes superhormonados y, por que no decirlo, bastante patéticos, nos ofrecieron sendas performances, creyéndose lo max de lo max y resultando ser hilarantes por lo ridículos. Lo bueno del tema fue la barra libre y lo que siguió después. Y es que cuando ya cerraban el local, en donde ya solo casi quedábamos mi amiga Janset y yo, nos dieron unas pulseras que nos daban acceso, atentos, al “Karaoke Bus”. Nosotros ni cortos ni perezosos, nos subimos al bus en cuestión y nos encontramos una horda de personajes ebrios y con ganas de desgañitarse mientras el bus bada vueltas y vueltas por la city de Sydney. Ni que decir que nosotros, que también andábamos algo etílicos, nos unimos a la fiesta y micrófono en mano destrozamos cuantas canciones pudimos al ritmo de las frenazos del autobús. Finalmente terminamos en el Q Bar, un lugar apestoso en el que ni la barra libre logró retenernos más de media hora.
Y el sábado celebremos por infinitesimal vez consecutiva el 40 cumpleaños de mi super flatmate Carlos. Esta vez cenamos con René y Silvia en el Mad Café (en donde dan las mejores pizzas de Sydney!) y luego nos juntamos con todos en el Arq. Y en el Arq, siempre con la inestimable ayuda de Yesid, que me ayuda a ligar allá donde voy, me pasaron una serie de cosas surrealistas, que sin embargo, no voy a contar aquí. Y se que esto es tirar la piedra y esconder la mano, pero en resumen os digo que a la gente se la va la bola de verdad. O eso o yo atraigo solo a chalados. ¡Una de dos! A pesar de todo, me lo pasé muy bien ;)
El día siguiente, domingo, seguimos celebrando el cumple de Carlos con una bbq en el techo de nuestro edificio, con las mejores vistas de Sydney. Lugar en donde cogí frío y se desató la gripe que me ha impedido ir a trabajar desde el miércoles hasta hoy mismo. Y esta vez la he pillado gorda, con fiebre y todo. Pero “no worries” (como dicen aquí) que ya estoy bastante recuperado. Además este pequeño receso me ha servido para leer muchísimo, ver muchas pelis y descansar. Y nada de lo anterior me ha venido del todo mal, en verdad.
En la foto, de izquierda a derecha, myself, Janset y Guillermina.
Frase del día: “Yesid, ¿ya tienes las maletas hechas?”
Tema del día: “E Talking” de Soulwax
Feeling Corporal: hecho una piltrafa, pero recuperándome…
Hoy por otro lado, leo en la prensa que el “conflicto de Irak” ha dejado de ser un tema estrella en los medios americanos. Y que esto puede favorecer a los republicanos en las próximas elecciones, junto con el hecho que como Irak ya no interesa, están a punto de anunciar una retirada escalonada de las tropas. No comment.
Me gustaría poder hacer un análisis más acertado de todo esto pero mi incultura me lo impide… me tendré que poner las pilas.
A todo esto, esta semana he estado malito con una gripe super gorda, con fiebre y todo… Debe ser por la fiesta que me pegué el fin de semana pasado! La verdad es que fue todo bastante surrealista. El viernes, después de ver el documental del que os hablaba y para quitarnos el mal sabor de boca, disfrutamos de la fiesta post documental. En ella un par de grupos formados por postadolescentes superhormonados y, por que no decirlo, bastante patéticos, nos ofrecieron sendas performances, creyéndose lo max de lo max y resultando ser hilarantes por lo ridículos. Lo bueno del tema fue la barra libre y lo que siguió después. Y es que cuando ya cerraban el local, en donde ya solo casi quedábamos mi amiga Janset y yo, nos dieron unas pulseras que nos daban acceso, atentos, al “Karaoke Bus”. Nosotros ni cortos ni perezosos, nos subimos al bus en cuestión y nos encontramos una horda de personajes ebrios y con ganas de desgañitarse mientras el bus bada vueltas y vueltas por la city de Sydney. Ni que decir que nosotros, que también andábamos algo etílicos, nos unimos a la fiesta y micrófono en mano destrozamos cuantas canciones pudimos al ritmo de las frenazos del autobús. Finalmente terminamos en el Q Bar, un lugar apestoso en el que ni la barra libre logró retenernos más de media hora.
Y el sábado celebremos por infinitesimal vez consecutiva el 40 cumpleaños de mi super flatmate Carlos. Esta vez cenamos con René y Silvia en el Mad Café (en donde dan las mejores pizzas de Sydney!) y luego nos juntamos con todos en el Arq. Y en el Arq, siempre con la inestimable ayuda de Yesid, que me ayuda a ligar allá donde voy, me pasaron una serie de cosas surrealistas, que sin embargo, no voy a contar aquí. Y se que esto es tirar la piedra y esconder la mano, pero en resumen os digo que a la gente se la va la bola de verdad. O eso o yo atraigo solo a chalados. ¡Una de dos! A pesar de todo, me lo pasé muy bien ;)
El día siguiente, domingo, seguimos celebrando el cumple de Carlos con una bbq en el techo de nuestro edificio, con las mejores vistas de Sydney. Lugar en donde cogí frío y se desató la gripe que me ha impedido ir a trabajar desde el miércoles hasta hoy mismo. Y esta vez la he pillado gorda, con fiebre y todo. Pero “no worries” (como dicen aquí) que ya estoy bastante recuperado. Además este pequeño receso me ha servido para leer muchísimo, ver muchas pelis y descansar. Y nada de lo anterior me ha venido del todo mal, en verdad.
En la foto, de izquierda a derecha, myself, Janset y Guillermina.
Frase del día: “Yesid, ¿ya tienes las maletas hechas?”
Tema del día: “E Talking” de Soulwax
Feeling Corporal: hecho una piltrafa, pero recuperándome…
Segunda Parte: Segunda celebración de cumpleaños de Carlos. Fiesta en casa con Montse, Jessi, Laura, Betty, Adrian, Mauricio Troy&Friends. Empecé con una cerveza y luego sólo un vaso de vino... de cada una de las 7 botellas. Entre los friends de Troy estaba Scott... un calvito de Brisbane que me da mogollón de rollo y con el que hablé un rato. Yo y mi fília por los calvos es algo digno de estudio.
